En inglés Tilt es inclinar o ladear y se refiere al plano de referencia sobre el que se asienta el sistema de coordenadas. Por eso a los sensores de inclinación también se les conoce como sensores tilt.
Son sensores cilíndrico de unos pocos milímetros de longitud, que llevan en su interior una o dos pequeñas bolitas conductoras, capaces de cerrar el circuito con los pines metálicos inferiores del cilindro.
Cuando hacen contacto, permiten el paso de la corriente y cierran exactamente igual que si fuera un interruptor y de hecho se manejan igual, pero a partir de cierto ángulo de inclinación dejan de hacer contacto y abren el circuito, impidiendo así el paso de la corriente.
No es una tecnología reciente, pero antes se hacía con una gotas de mercurio líquido que es buen conductor. Pero dado que el mercurio es sumamente tóxico para en entorno y para las personas que lo manejan, han sido reemplazado por el modelo de bolas de acero, aunque todavía algunos le siguen llamando interruptores de mercurio.
A todas luces, se comportan igual que un interruptor simple, y de hecho cuando se utilizan hay que hacer deboucing para evitar rebotes, aquí más que nunca, ya que uno se puede imaginar la cantidad de rebotes que pueden dar una bolitas con tan poco espacio y tan poca masa.